lunes, 18 de diciembre de 2017

DESOBEDIENCIA, RESISTENCIA Y REPÚBLICA

A sólo tres días de las elecciones impuestas en Catalunya que jamás deberían haber sido aceptadas por el independentismo por carecer de legitimidad, por no suponer solución alguna, porque ya se ganaron hace dos años y en el referéndum, además de por el serio riesgo de pucherazo; pues si de algo sabe el Estado demostrándolo incontables veces, es de guerra sucia. A parte de todos los votos que los fachas compran de una forma u otra, los ancianos seniles a quienes llevan a votar yéndolos a buscar a la residencia, etc. Esta gentuza no entiende de escrúpulos y jugar a sus reglas, aceptar su legalidad ilegítima, es todo lo contrario a construir la república catalana o cualquier proyecto revolucionario. ¿De qué sirve hablar de desobediencia como la CUP si luego no impulsan, salvo contadas excepciones, una desobediencia combativa en las calles y acatan las elecciones del 155? Empezaron diciendo que el 21D organizarían una “paellada insumisa” para poco después participar en esta farsa sin hablar claro. En las pasadas elecciones no quedó otra que pedir el voto para la CUP dado que se planteaban como un referéndum, pero en vista de sus promesas incumplidas y de no haber estado a la altura en momentos clave, esta vez no merecen el voto. Aún en el caso de que ganaran, si van a actuar como lo han hecho hasta la fecha, la república seguiría lejana y apenas habría resistencia ante la opresión.

Principalmente hubo dos fechas en las que nos jugábamos mucho en las que la CUP actuó igual que ERC o el PdeCAT o muy poco más allá. Una fue cuando encarcelaron a los Jordis. Era el momento de dar una respuesta contundente, de dejar claro al Estado que encarcelar no le iba a salir barato. Sin embargo llamaron a poco más que a encartelar, dar paseos con velas, poner lazos amarillos, a las caceroladas y a una huelga poco combativa. Ahora saldrá el típico, como siempre, que me dirá: -¿Y qué quieres, que nos echemos al monte con fusiles? Como si entre eso y dar golpes a una cazuela, no hubiera un amplio abanico de posibilidades, incluso dentro de la resistencia pacífica, que hagan más daño al Estado que dar golpes a una cazuela mientras, además, los nazis y demás facherío andaban dando palizas por las calles amparados por el Estado. La CUP tampoco llamó a organizar la autodefensa antifascista. ¡Hasta los hippies que plantaban cara a la invasión de Vietnam eran más contundentes! Ante semejante respuesta, el Estado lo ha seguido teniendo muy fácil para encarcelar a medio Govern.

La otra fue cuando en el Parlament, tras las insultantes vacilaciones de Puigdemont y compañía ante las que la CUP debería haber sido menos tolerante, se declaró una independencia que no estaban dispuestos a llevar a los hechos. La CUP también sabía eso hace tiempo y no avisaron sin medias tintas, total, ellos tampoco estaban dispuestos a promover lo necesario para que así fuera. Repito, salvo contadas y honrosas excepciones, pues dentro de las miles de militantes de la CUP, sí ha habido algunos y no precisamente los más conocidos, que han intentado impulsar una resistencia más seria. Desgraciadamente no muchas, de lo contrario no estaría así de mal el asunto. Tras declararse la independencia era el momento de tomar el territorio, lugares estratéticos, etc, como tantos estaban esperando pero fueron desmovilizados por los partidos y las entidades como ANC y Òmnium que siempre pintaron la independencia como una “revolución de las sonrisas” y un paseo tranquilo-festivo. No llamaron a hacer efectiva la república, a poner en práctica esa desobediencia de la que siempre hablan. Al final, como tantas cosas más, se acaba quedando en una consigna a la que le falta contenido y hechos.

Unos (ERC y PdeCAT) con la excusa de que podía haber muertos, como si el 1 de Octubre con más de 1.000 heridos, un hombre con un ojo mutilado por una bala de goma y casi un muerto infartado a golpes, no los pudiera haber habido. Otros (CUP) no dan explicaciones o vienen con el cuento de que “no estaban dadas las condiciones” como decía, entre otros, su gurú trotskista Joan Manel Busqueta en una charla reciente en la que también como la burguesía catalana, utilizaba a los “muertos” para justificar el inmovilismo tras la declaración. Todo ello con una camiseta de Karl Marx. Si los marxistas hubieran actuado igual que él, frenando luchas por ciertos riesgos, jamás hubiera habido revoluciones socialistas ni siquiera importantes conquistas en cuanto a derechos y libertades. ¡Qué ejemplo tan claro de revisionismo! La misma excusa que los mencheviques utilizaban para frenar las luchas que los bolcheviques impulsaban. Las condiciones sí estaban dadas para, al menos, oponer más resistencia y había muchas personas que estaban esperando a hacerlo, era el momento con más movilización en las calles y había que aprovecharlo tras la declaración. Pero declararon la independencia como quien dice que va a tomarse un café. Para hacer mucho más sí estaban dadas las condiciones y es lo que sin vergüenza niegan algunos. Conozco bien la situación y no hago castillos en el aire, para otras cosas aún no están dadas, pero en todo caso habrá que hablar claro para crear esa conciencia y que maduren las condiciones, cosa que no hace la CUP.

Leo artículos de los sectores más cañeros del independentismo, algunos poco tienen de izquierdas y manda narices que hablen más claro que la CUP en cuanto a lo necesario para hacer efectiva la república. Lo que está claro es que por este camino no habrá república y ERC-PdeCAT aún esperan que la UE los salve, pero la CUP aún tiene más culpa porque sabe que no será así. La libertad tiene un precio y unos riesgos, siempre ha sido así y la CUP pretendía también pintarlo como una fiesta con el mambo. ¿Es que acaso alguna vez ha habido cambios profundos sin que un enemigo fascista pudiera poner muertos o heridos? Pero hasta hace nada y algunos aún se niegan, no han llamado fascista al Estado y creían que esto era una democracia imperfecta. Quienes estamos al borde de entrar años en la cárcel por hablar claro y luchar o quienes ya están dentro, no vemos mambo festivo alguno en la represión. Sabemos que es dura pero que es el precio a pagar por organizar una resistencia seria que vaya más allá de golpear a una cazuela. Si el mambo no ha traído la república ni la traerá, que hagan autocrítica o al menos tengan la decencia de no ir de revolucionarios o de utilizar consignas como “sin miedo”. Aún recuerdo al fanático del pacifismo David Fernández y miembro más conocido de la CUP que cada día se parece más a Joan Tardà, decir antes del referéndum que el Estado español no podía permitirse de cara a Europa la imagen de golpear y saquear urnas. ¿Qué condiciones van a crear si no hablan claro? Ahora mismo tienen en común con los otros partidos independentistas, que han frenado y están frenando hasta la resistencia pacífica más decidida.


Como también decía Busqueta de la CUP ante la propuesta de un hombre que como tantos otros, planteaba la necesidad de tomar el aeropuerto: “No podemos exponer a la gente a que sea golpeada”. Como si el día del referéndum la policía nos hubiera dado besitos y no nos hubiéramos jugado la integridad física y hasta la vida porque casi hubo un muerto y un porrazo o balazo de goma en la cabeza puede matar, para realizar un referéndum que se han pasado por el forro sin hacer todo lo posible por hacer la república efectiva y aceptando unas elecciones que quitan legitimidad a la victoria del 1 de Octubre. ¿Y nos piden que les votemos? ¿Para qué, para seguir siendo una autonomía sometida que acata elecciones impuestas por el fascismo entre otras imposiciones? 

Sin duda ahora es fundamental fortalecer los Comités de Defensa de la República para intentar impulsar y hacer lo que no han hecho los partidos. Habrá muchos que digan que no votar no beneficia a la independencia. No, lo que frena la independencia es esta actitud de los partidos independentistas que desgraciadamente no merece ser votada.




jueves, 23 de noviembre de 2017

LA IZQUIERDA TRICORNIO

Si para algo ha servido la lucha por el derecho a la autodeterminación, ha sido para que la izquierda del régimen volviera a recordar, sobre todo a los más ingenuos que los creían aliados, lo miserables que llegan a ser. Los herederos de la tropa de Carrillo que defendieron la Constitución, la monarquía, la reconciliación con el fascismo y por tanto su impunidad tras el genocidio, etc, no podían ser menos y han defendido la legalidad del régimen con mucha más dedicación que la que jamás han ofrecido a la lucha revolucionaria. Si hubieran dedicado la mitad del tiempo que han dedicado a atacar al independentismo desde el españolismo más rancio, a la lucha obrera consecuente, estaría mucho más cerca la revolución a la que renunciaron en el momento en el que condenaron todo aquello que perjudicara seriamente al régimen como los métodos de lucha ilegales o la independencia, también ilegal.

A quienes los conocemos bien no nos ha sorprendido lo más mínimo. Son los mismos que no sólo no se solidarizan con quienes sufrimos condenas de prisión por decir y hacer lo que no se atreven, sino que encima llaman terroristas a antifascistas consecuentes o llegan a justificar la represión, como también han hecho con la que están sufriendo los independentistas. Nadie debería olvidar las declaraciones de Alberto Garzón diciendo que “Puigdemont no puede salir de rositas”. Son como el policía que mientras va de bueno te pone las esposas regañándote por no haber sido un corderito del régimen y esos, son los peores. El enemigo, cuanto más disfrazado, más peligroso. Tampoco se debe olvidar a destacados militantes del PCE como Santiago Armesilla haciendo charlas y anuncios por la unidad de España junto a fascistas de VOX o a Francisco Frutos, secretario general del PCE durante muchos años, yendo de la mano del PP, C’s, P$OE, SCC, Falange, Democracia Nacional, etc. No son casos aislados y aunque lo fueran, que no sean expulsados del PCE, lo dice todo. También Cayo Lara y otros dirigentes del partido han hecho declaraciones propias de un politicucho de C’s. Llevan haciendo lo mismo desde la “transición”, siempre más cerca del fascismo que de los comunistas consecuentes, pero conviene refrescar la memoria ante el tremendo desconocimiento de lo que son, sobre todo a muchos jóvenes confundidos.

Es la izquierda tricornio, que como Podemos, presume de tener entre sus filas incluso a un Guardia Civil que defendió el uso de pelotas de goma o al militar Jefe Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, quien dirigió la participación del Estado español en la invasión imperialista de Libia junto a la OTAN. Pablo Iglesias, otro clon de Carrillo aún más patético si cabe, ha renunciado hasta a la bandera republicana, sacando la rojigualda cuando menos falta hace, insultando así a las víctimas del fascismo que aún esperan justicia en cunetas, cementerios o cárceles. Mientras dirigentes podemitas lanzan vivas a la GC, silencian sus crímenes y torturas, denunciados hasta por el tribunal europeo. Como también silencian que quieren encarcelarnos por denunciarlos. Quien a estas alturas defienda a estos pilares del régimen o es un ignorante total o un canalla a la altura de Echenique, que se solidarizó con la GC que acosó a los chavales de Altsasu encarcelados. Por esto y mucho más, son uno de los mayores problemas que tiene el movimiento revolucionario para desarrollarse, que no el único.

Ahora que el régimen reconocía que tenía la mayor crisis desde la “transición”, en vez de apoyar al independentismo que la ha generado, desde una posición crítica, se han puesto como siempre del lado de la legalidad ilegítima nacida del golpe fascista del 36. Las excusas han sido de lo más ridículas, acusando al movimiento independentista de burgués cuando ellos jamás han ocasionado problema alguno a la burguesía española aún más poderosa. Ahora resulta que les importa mucho acabar con la burguesía a quienes llevan 40 años calmando las calles, durmiendo la rabia en las urnas junto a los sindicatos del régimen CCOO y UGT. Ahora resulta que los mismos que mendigan pactos con el P$OE que tanto daño ha hecho a la clase obrera y a los militantes que la han defendido, tienen algún tipo de credibilidad hablando de lucha contra la burguesía. También urge recordar que no tienen nada que ver con el PCE del Frente Popular que tanto defendió el derecho a la autodeterminación, basta leer textos de José Díaz. Como tampoco tienen nada que ver con el PCE (r) que denunció la farsa de la transición pagando un caro precio por ello y que siempre ha defendido, con mucha más firmeza que la burguesía independentista, los derechos nacionales.

“Izquierda” tricornio es Colau negándose hasta a declarar persona non grata al rey Felipe. Los apoltronados no se atreven ni a eso. Se diferencian del P$OE lo mismo que C’s del PP. Es Julio Anguita diciendo que hay que entregar a la policía a cualquiera que en una manifestación se defienda de la policía o cause disturbios, igual que hizo su partido en Gamonal, condenando los enfrentamientos que dieron la victoria a la lucha. Es Cañamero diciendo que la GC ya no golpea ni tortura. Es Cayo Lara diciendo que se puede llegar al socialismo con la Constitución o celebrando la victoria del imperialista Hollande. Es Bescansa apoyando el encarcelamiento de los titiriteros. Es Coscubiela puesto como ejemplo por Intereconomía o 13TV. Son todos ellos silenciando los crímenes del Estado como el exterminio por desatención médica de presas revolucionarias como Isabel Aparicio. Ni siquiera han puesto el grito en el cielo por el encarcelamiento de un twittero que denunció la dispersión de los presos políticos. Eso sí, cuando ETA ejecutaba a un político del régimen, no tardaban ni 5 minutos en condenarlo. Si se preocuparan lo mismo por los trabajadores que a diario son asesinados al ser obligados a trabajar sin seguridad…

Algunos dicen defender de palabra el derecho a la autodeterminación y sus hechos demuestran todo lo contrario, como en tantas cosas más. Decir que sólo se apoya si es pactado con el Estado español, sería como decir que el socialismo en Rusia sólo era legítimo si era pactado con los zares. Estos estafadores profesionales pretenden que los opresores dejen de serlo por arte de magia y cobran muy bien por defender su legalidad con tanta insistencia. ¿Alguien se cree que tendrían poltronas tan cómodas si en vez de hacer regalitos al rey o limitarse a llamarle ciudadano, denunciaran a la monarquía sin medias tintas? Lo que les jode a estos arrastrados, es que hasta la burguesía independentista haya plantado más cara al régimen que ellos. Mientras los Jordis y medio Govern están encarcelados por saltarse la legalidad fascista, Garzón y compañía babean en platós llamando irresponsable al independentismo, justificando así la brutal represión. Ese es su respeto por la clara victoria del sí en el referéndum por el que tantos nos jugamos la cara e incluso la vida.


Igual que no podemos olvidar ni perdonar la represión del fascismo, tampoco podemos olvidar que no lo tendrían tan fácil si no fuera por la colaboración de la izquierda tricornio. Igual que la socialdemocracia alemana facilitó el triunfo nazi, estos perpetúan la impunidad y el poder de los herederos de Franco. Que sigan mendigando gobierno junto al PSOE de los GAL que ha aplaudido las palizas y pelotas de goma contra el pueblo que acudió a votar en el referéndum, que nosotros nos encargaremos de recordar que son parte del régimen y por lo tanto, el enemigo. 



viernes, 1 de septiembre de 2017

LA DEFENSA DEL REFERÉNDUM

A sólo un mes del referéndum, aún somos pocos quienes hablamos de la necesidad de crear comités de defensa por si el Estado envía a la Guardia Civil a impedirlo por la fuerza, eso contando que los Mossos estarán controlados por la Generalitat. Pero no sólo por la posible intervención de la policía fascista, también por las serias amenazas que desde organizaciones nazis, falangistas, etc, están haciendo. Mientras distribuyen octavillas en las que se llama a derramar sangre independentista con total impunidad, aquí hay muchos que creen que el Estado español sólo es una “democracia imperfecta” y no un Estado que no rompió con el fascismo, capaz de cualquier cosa para frenar una independencia que dejaría muy debilitado a su régimen con una crisis cada día más agudizada. Al fin algunos espabilan un poco ante la guerra sucia, con la manipulación más ruin y descarada, que desde los medios controlados por el Estado han aumentado tras el atentado yihadista. Cuando decimos que son capaces de todo, también nos referimos a haber permitido que el imán yihadista campara a sus anchas pese a estar más que fichado. ¿Alguien cree que es casualidad que los atentados hayan sido tan cerca del referéndum? Y eso que tuvieron que adelantarlos tras las bombonas que les estallaron en Alcanar. Que hasta quien fuera jefe de un sindicato de la policía nacional, haya dicho que el imán apestaba a CNI… Todo vale para atacar al independentismo, desde las acusaciones de nazis por parte de los peperos que aún homenajean a la División Azul y tienen de miembro honorífico al criminal franquista de Fraga o de los GALosos del P$OE, a culpar de los atentados yihadistas al “procés”.

Ante semejante régimen, lo lógico es plantear la necesidad de organizarnos para defender físicamente el referéndum y asegurarlo. Resulta sorprendente que la mayoría del independentismo ni siquiera contemple la posibilidad de que la Guardia Civil acuda a retirar las urnas. Dicen que no tienen policía suficiente para hacerlo, como si necesitaran estar presentes en cada colegio electoral. Basta que boicoteen los principales colegios de Catalunya para restar validez al referéndum. También aseguran que el Estado no puede permitirse una imagen tan represiva de cara al exterior, como si al Estado le temblara el pulso a la hora de ilegalizar organizaciones democráticas, asesinar inmigrantes, torturar, proteger a ministros del franquismo, etc, pese a las llamadas de atención del tribunal de “derechos humanos” europeo (que hasta desde la criminal UE les llamen la atención, lo dice todo). En todo caso, esa posibilidad existe y hay que estar preparados. De lo contrario, como acudan, el ridículo va a ser el chiste más contado en los despachos de la Moncloa y de sus cloacas. Además, si vienen, probablemente sea de madrugada para evitar tener que desalojar a los votantes a porrazos, de ahí la importancia de proteger los colegios electorales desde bastante antes del referéndum. Hay personas de sobras para hacerlo, pero el problema es que estas cuestiones no se plantean y la CUP, que debería plantearlas seriamente, no lo hace salvo contadas excepciones. Sólo una pequeña parte de la CUP ha apoyado los comités de defensa del referéndum. Sólo queda un mes y a parte de tratar estas cuestiones, son necesarios los hechos.

Como siempre, la ANC y sus políticos de Junts pel sí, no van más allá del ambiente festivo y de pintar el referéndum y la independencia casi como un camino de rosas. No les interesa que se hable de cuestiones fundamentales como por ejemplo, cómo expulsarán al ejército y a la policía española tras la declaración de independencia en caso de ganar el referéndum. Tratan a los independentistas como a niños pequeños o ni eso, porque a los niños se les advierte del peligro y ellos no contemplan la posibilidad de que se impida el referéndum por la fuerza. Pero de ellos no podía esperarse mucho más, el problema es cuando la CUP no prepara al pueblo para responder en caso de que se impida el referéndum. El reformismo del que hacen gala muchos de sus militantes, lleva al espontaneísmo y a la falta de disciplina. Aquí en mi ciudad no han impulsado ni una sola asamblea abierta para tratar todas estas cuestiones y no han mencionado ni de pasada la necesidad de organizar la defensa física del referéndum. Cuando algunos nos tragamos las serias diferencias y pedimos el voto para la CUP en las últimas elecciones, lo hicimos para que impulsaran cosas como esta, pero a la vista está que no está siendo así con contadas excepciones. En todo caso era un voto necesario, pues las elecciones estaban planteadas como un sí o un no a la independencia y agudizaban la crisis del régimen.


Con todo lo que ha hecho el Estado y está haciendo, no sé qué tiene que pasar para que aumente la combatividad y la seriedad ante un momento histórico. Tal vez la cosa empezaría a cambiar con la actuación de la Guardia Civil, pero si la respuesta no se organiza previamente, no estará a la altura. La “revolución de las sonrisas” no será suficiente ante un Estado capaz de cualquier cosa para frenar la independencia y nuestro deber como revolucionarios es recordarlo sin sumarnos al ambiente de verbena tan poco crítico, lleno de fe ciega en políticos más pendientes de su poltrona que de un enfrentamiento abierto con el Estado que pueda llevarles a la cárcel. Porque mientras pregonan pacifismo con el Estado (no lo pregonan tanto cuando apoyan a la OTAN, la represión de los Mossos, la brutal explotación, los desahucios, etc), el Estado va sacando brillo a las porras por si el 1 de Octubre o con la posterior declaración de independencia, tiene que hacer uso de estas. Defender el referéndum es defender los comités de defensa, si van a regalar los colegios electorales a la posible visita de la Guardia Civil la noche antes, que no nos vendan patriotismo ni radicalismo de postín. 


viernes, 4 de agosto de 2017

¿Por qué nos ganan los capitalistas? (La cuestión venezolana lo recuerda)

Lenin y otros grandes revolucionarios, repetían algo tan importante como básico que a menudo se olvida: hay que aprender del enemigo. Sobre todo cuando nos gana como es el caso. Es más, cuando lleva tantos y tantos años venciendo. En Venezuela el imperialismo aún no ha vencido, pero la burguesía española, que es la que nos toca más cerca, está volcándose con la oposición fascista para que venzan, recordándonos porqué nos ganan aquí aunque no sea un análisis cómodo para quienes prefieren no hacer autocrítica y resignarse a la eterna derrota. Tienen claras unas premisas para imponer su tiranía y en torno a estas se unen, no es una unión abstracta sin principios como propone la izquierda domesticada, que encima habla de unión mientras desprecia a revolucionarios consecuentes. No rebajan estos puntos:

-La solidaridad con sus presos como Leopoldo López, Antonio Ledezma y tantos golpistas más. La burguesía española y sus medios, despliegan amplias campañas para liberarlos y dar a conocer sus casos, manipulados, por supuesto. Tampoco falta la abundante ayuda económica, el asilo político que dan a sus familiares y otros golpistas sicarios del imperialismo, etc. Sin embargo y lamentablemente, vemos como aquí la mayoría de quienes se dicen antifascistas no se solidarizan con las presas y presos políticos antifascistas e incluso los ningunean o insultan, haciendo un enorme favor al régimen que los encarcela, tortura y extermina. La burguesía cuida de los suyos y se une para luchar por su libertad, lección para quienes presumiendo de solidaridad olvidan a quienes han peleado por nuestros derechos y libertades. Otro de los motivos por los que nos ganan. Además, nosotros no necesitamos inventar como lo hacen la mujer de L. López y sus secuaces, basta ceñirnos a la cruda realidad que sufren aquí los presos revolucionarios a mil km de sus familias, en aislamiento, negándoles la asistencia médica, etc. También en Venezuela la derecha hace unas campañas por la libertad de sus mercenarios, que ya quisiéramos aquí por la libertad de quienes sí la merecen.

-No reconocer legitimidad a quienes perjudiquen, aunque sea mínimamente, sus intereses. En Venezuela no se ha expropiado a la burguesía y siguen explotando manteniendo desigualdades abismales, la clase obrera no ha tomado los medios de producción, no es un Estado socialista, pero desde la llegada de Chávez se realizaron unas reformas que beneficiaron a las clases populares y la oligarquía no aceptó ni siquiera esas pequeñas mejoras para los más necesitados. Los ricos necesitan un gobierno títere de Estados Unidos y de la UE para amasar aún más fortunas y no tener que ceder ni limosna, por eso no reconocen legitimidad al gobierno de Maduro que perjudica su avaricia insaciable. Sin embargo aquí hasta personajes supuestamente comunistas como Cao de Benós (eso daría para otro artículo), han dicho que el gobierno español es legítimo porque ha sido votado, aunque sólo sea por un 20% de los posibles votantes. No es legítimo por su enorme carencia de apoyo popular, pero sobre todo porque es enemigo de los intereses de la inmensa mayoría, porque su poder nace del golpe de Estado del 36 sin que hubiera una posterior ruptura con el fascismo en la farsa de la “transición”, por sus agresiones imperialistas, etc.

Mientras en Venezuela la derecha llama terrible dictadura al gobierno, aquí Unidos Podemos y derivados, llaman democracia al Estado español lavando la cara al régimen criminal. De sus políticos como Iglesias o Garzón no se puede esperar más, pues cobran (y muy bien) por ser buenos corderitos que no pongan en peligro los privilegios de los explotadores, pero sus votantes no suelen estar en las mismas condiciones y con su discurso otorgan legitimidad a la legalidad que nos oprime, como otros partidos revisionistas. Pero la burguesía jamás otorgará legitimidad a quienes no sirvamos a sus sucios intereses, por eso legitiman los intentos de golpe de Estado en Venezuela, las invasiones imperialistas, etc. Si aquí la revolución queda lejana es, entre otras cosas, por quienes siguen condenando las luchas que se salen de la legalidad que legitiman llamándola democracia. Así le quitan gravedad a la opresión del Estado y por lo tanto, la necesidad de una revolución.

-El tercer punto y el más importante, que va ligado a los anteriores, es el del apoyo a todos los métodos de lucha. La burguesía, en el Estado español y en cualquier parte del planeta, no ha renunciado jamás ni renunciará al uso de la violencia para saquear a la clase trabajadora. Ni el capitalista más estúpido dirá que no necesitan a su brazo armado, la policía y el ejército, para reprimir manifestaciones, detener y encarcelar a revolucionarias o proteger su impunidad. Sin tener claro eso, no podrían oprimirnos y lo saben. Necesitan el uso sistemático del terror y su posición respecto al terrorismo golpista en Venezuela, lo vuelve a poner de manifiesto. No han dudado un solo momento en apoyar a quienes han disparado y quemado a chavistas, los han dejado como héroes de la "resistencia". ¿Cómo no van a hacerlo cuando han bombardeado escuelas y hospitales en tantos países para saquear sus recursos? La oligarquía y sus esbirros siempre han defendido sus privilegios con uñas y dientes, aquí tampoco toleraron al Frente Popular que empezó a conquistar importantes mejoras para la clase obrera y dieron un golpe de Estado armados. No tienen ningún complejo a la hora de legitimar el uso de la violencia por su parte, aunque sea para imponer algo injusto para la mayoría, a diferencia de nosotros. Principalmente nos ganan por eso, asumen la máxima que dijo Mao y que la cruda realidad señala: "el poder nace del fusil". De ahí que Lenin precisara que "democracia es un fusil en el hombro de cada obrero", pero recordarlo nos lleva a los tribunales que precisamente no renuncian a los fusiles. Muchos estudiantes pijos se juegan la vida en Venezuela con guerrilla urbana frente a la policía, aquí raro es el estudiante obrero que se organiza en asambleas estudiantiles de escasa o nula combatividad. Que hasta los pijos venezolanos sean más combativos, resalta lo de que hay que aprender del enemigo. Pero los medios pueden dejar como una heroicidad su uso de la violencia allí para acabar con un gobierno mucho más democrático que el de aquí, que no desahucia masivamente y que garantiza el acceso a la Universidad mucho más que este Estado, por ejemplo. Nosotros por mucho menos como criticar a la monarquía, somos condenados a prisión, no digamos si defendemos la autodefensa armada... Allí no se condena a nadie por criticar a Maduro ni por aplaudir la quema de policías que no defienden a un régimen tan enemigo de la clase obrera como este.

Sin embargo aquí, casi toda la izquierda, comprada, cobarde crónica o acomplejada, condena hasta que se rompan los cristales de los bancos que desahucian familias y que han sido rescatados con miles de millones de dinero público. Volviendo al primer punto y al segundo: piden la libertad de todos sus presos sin hacer distinciones de si han practicado la violencia o no, porque como no otorgan legitimidad al enemigo que combaten, la dan a todos los métodos para debilitarlo. Aquí la mayoría de la izquierda necesita el permiso de los medios capitalistas para actuar: si estos no aplauden la acción, no la hacen o la condenan si la hacen otros. Este es el nivel: esperan que los voceros de quienes niegan derechos, hablen bien de ellos. Total, se refieren igual que estos medios a la autodefensa revolucionaria, llamándola terrorismo. Por el contrario, los medios burgueses jamás llamarán terrorismo a los cócteles molotov que lanzan en Venezuela a la policía, a los asesinatos de la policía española en el Tarajal y tantos lugares más o a los balazos de goma y porrazos de los antidisturbios que han provocado mutilaciones y serias heridas. Aquí la mayoría de la izquierda a lo sumo critica la violencia del Estado, pero niega la legitimidad de la autodefensa ante esta, perpetuando así la impunidad de los verdaderos violentos y legitimando la represión ante quienes oponen resistencia. Por eso precisamente la pasean por los platós de las principales cadenas de TV para que tengan a sus votantes tranquilitos. Los mismos medios que apoyan la quema de chavistas en Venezuela, les dan voz constantemente. ¿No es evidente la conclusión? Volvemos a lo mismo: porque no ponen en riesgo sus privilegios. En el momento en el que nuestro discurso y nuestros hechos sí los ponen, cambia mucho la cosa. La burguesía sí tiene claro que no tiene que respetar a quienes luchamos contra su dictadura del capital.


En resumen: la burguesía pelea por la libertad de sus presos, niega la legitimidad de todo gobierno que perjudique sus intereses y por lo tanto, promueve derribarlos por la fuerza, como la violencia con la que aplastan las luchas que tampoco les convienen. Lo hacen porque tienen conciencia de la clase a la que pertenecen y se unen bajo esas premisas para imponerse. Sin embargo aquí, por citar un ejemplo, cada año 700 trabajadores son asesinados por ser obligados a trabajar sin seguridad y pocos denunciamos esos crímenes sin pelos en la lengua. Si en la clase trabajadora hubiera la misma conciencia de clase que tiene la burguesía, estarían perdidos porque somos la inmensa mayoría. Pero aún queda mucho trabajo por hacer, la burguesía también ha conseguido, por tener claro todo lo citado anteriormente sumado a la guerra sucia de su manipulación constante, que apenas haya conciencia de clase obrera y que se interiorice que tienen legitimidad, derecho al monopolio de la fuerza, privilegios respetables y un largo etc. Podemos aprender del enemigo o seguir caminando en círculos mientras recibimos hostias por todos los lados y ellos duermen tranquilos sabiendo que si algún radical les interrumpe el plácido sueño que dan la impunidad y los lujos, la mayoría de la izquierda lo condenará y si es encarcelado, no pelearán por su libertad. Mientras con una sonrisa y un caluroso abrazo, Manuela Carmena recibe a los familiares del golpista asesino de antifascistas, Leopoldo López, pidiendo su libertad. ¿Y aún te preguntas por qué estamos como estamos y nos ganan, en serio? 


miércoles, 31 de mayo de 2017

Mientras el Estado amenaza al independentismo con violencia

Quienes levantamos con más fuerza la bandera de la autodeterminación, somos los comunistas. No la burguesía catalana “independentista” que por su posición acomodada no está dispuesta a un gran enfrentamiento con el Estado, ni la pequeñaburguesía cobarde y vacilante, con contadas excepciones. Digo los comunistas, no los revisionistas que fortalecen a la oligarquía española desde el españolismo rancio, negándose a defender el referéndum, diciendo estar a favor del derecho a la autodeterminación de palabra y no de hechos, sin aprovechar esta ocasión para agudizar la crisis del régimen. Al fin y al cabo hacen lo que llevan haciendo desde la “transición”: fortalecer al Estado legitimando su legalidad. Además, más allá de la estrategia, no se puede ser comunista sin defender el democrático derecho a la autodeterminación.

El gobierno ha amenazado con hacer uso del ejército si es preciso para impedir el referéndum y varios partidos nazis han asegurado que acudirán a reventarlo. Pero esto no es suficiente para que la mayoría del independentismo asuma como imprescindibles los comités de defensa del referéndum. Es preocupante que tan solo una parte pequeña de la CUP haya hablado de la necesidad de estos. La mayoría del independentismo sigue en la fe ciega y en el ambiente festivo sin plantearse este tipo de cuestiones básicas. Defender el referéndum es impulsar comités de defensa, no irse para casa tranquilos si el Estado lo impide con el uso de la fuerza o como sea. ¿Qué tiene que pasar para que algunos espabilen un poco y salgan de la ridícula mentalidad hippie, que desfilen los tanques por Barcelona? ¿Que seamos agredidos por soldados imperialistas? ¿Que los nazis amparados por el Estado nos apuñalen como hicieron con Guillem Agulló y tantos más? ¿Que la Generalitat se cague y no haya referéndum?

Bastantes comunistas votamos a la CUP para que jugara el papel que prometía jugar: presionar a Junts pel sí, impulsar la movilización en las calles, ensanchar la base a favor de la independencia, etc. A sólo 4 meses del supuesto referéndum, la movilización deja más que desear, apenas algunos hablan de comités de defensa y hay una excesiva tolerancia o suavidad con las vacilaciones del gobierno catalán. Ni siquiera las graves y amenazantes declaraciones del gobierno español les llevan a ponerse firmes de una vez. ¿Hay que recordar la reciente historia para saber a qué clase de Estado nos enfrentamos? Por fin el otro día, María Rovira de CUP Barcelona, llamó al Estado español por su nombre: fascista. Ya podrían tomar nota otras militantes de la CUP que lo llaman democracia imperfecta o cosas por el estilo.

En mi ciudad, Lleida, las fuerzas independentistas apenas hacen campaña u organizan charlas y debates abiertos en los que tratar ciertas cuestiones. Hace poco organizamos uno y la ANC no quiso ni participar, pues no les interesa que se ponga en duda la labor del gobierno catalán o que se diga la verdad: que las cosas no serán tan fáciles como el paseo de la Diada si queremos conquistar la independencia y no hacer el ridículo. Hasta la fecha, el colectivo de mi ciudad que he visto más volcado con la defensa del derecho a la autodeterminación, es Resisteix, organización comunista. Haciendo campaña, entre otras cosas, por los comités de defensa ante boicots fascistas o el uso de la fuerza por parte del Estado. Los comunistas no somos espontaneístas y por lo tanto, no dejamos asuntos tan serios a la improvisación, de ahí que ya llevemos tiempo insistiendo en la importancia de organizar la resistencia popular para garantizar el derecho a la autodeterminación frente al Estado fascista y las vacilaciones de la burguesía catalana a favor de la independencia, que no es lo mismo que dispuestos a pelear de verdad por esta. Los comunistas sabemos a qué clase de Estado nos enfrentamos y que no es para tomárselo a guasa o a fiesta, por más que resulte incómodo que lo recordemos a quienes creen que cederán ante la ilusión de tantas personas. Para preparar al pueblo hay que hablar claro y ningún partido independentista presente en el Parlament, lo está haciendo. Es una lástima porque ese millón de personas que sale a la calle para la Diada, bien organizado sería imparable. Pero por ahora, la cosa cambia o las carcajadas que el Estado español se va a echar a costa del independentismo catalán, serán un eco constante.




lunes, 15 de mayo de 2017

Recuerdos del 15 M (a 6 años)

Recuerdo cuando hace 6 años escuché la noticia de que las plazas de todo el Estado se llenaban de personas protestando. Se me pusieron los pelos de punta, me emocioné y sentí mucha alegría: ¡por fin salía la indignación masivamente a las calles! Inmediatamente salí de casa y acudí a la plaza de mi ciudad en la que numerosas personas se empezaban a congregar. Recuerdo que llevaba una camiseta que ponía “siempre rojo y a la izquierda”. A los pocos minutos se acercó un tipo a decirme que eso era ofensivo, que allí también cabía la derecha. Qué ingenuo era él y a la vez yo, que había olvidado arrastrado por la emoción, cuál era el nivel. Fue frustrante intentar hacerle entender lo más básico y que no parara de repetir: “Aquí cabemos todos”. También recuerdo que en una de las primeras asambleas hicimos grupos de debate y propuse ocupar bancos como forma de protesta para denunciar, entre otras cosas, lo que al menos varios asistentes sabían: que los políticos estaban al servicio de la banca criminal. Me miraron como si propusiera atracarlos y mi propuesta fue ignorada. Sólo un año después, la PAH convirtió ocupar bancos en algo normal y eso prueba que hubo pequeños avances después del 15M.

Tras ver cuál era el nivel comprobando que tanta indignación no quería ni ocupar bancos de forma pacífica, la alegría del principio se convirtió en bajón, pero no por ello dejé de asistir los días siguientes. En uno de estos, al lado de la plaza de la acampada, había un acto electoral del PSOE para las elecciones municipales. Junto con unos compañeros anarquistas fuimos a boicotearlo con una pancarta que recordaba lo que son y gritos. Acudimos los de siempre, nadie nuevo del 15M se sumó, pero eso no era lo peor. Al avanzar hacia el acto, la policía nos cortó el paso y tras un forcejeo, rompió la pancarta e impidió el paso. Nunca olvidaré el comentario de un anciano que pasaba por allí: “Esto parece el franquismo”. Desde la plaza del 15M se veía todo y uno de los asistentes, un estudiante de medicina, vino corriendo. Vaya, alguien que se une a nosotros, pensé. Pero todo lo contrario, le dijo a la policía que no teníamos nada que ver con el 15M y que no apoyaban eso. Tuve que armarme de paciencia para no partirle la cara y entonces, se desvanecieron las pocas ilusiones que me quedaban respecto a aquella acampada. Este estudiante era uno de los que llevaban el cotarro, por más que presumieran de “movimiento horizontal”. Mi inmadurez política hizo que no denunciara eso en la asamblea y lo dejara pasar. A los pocos días el tipo se debió cansar de que acampando no se conquistara el paraíso y no vino más.

Yo seguí asistiendo, interviniendo en las asambleas y en el micro demasiado abierto, pues habló hasta un mierda del PSOE y cuando lo increpamos unos cuantos, otros tantos salieron en su defensa. Al ser un movimiento tan desclasado y con un nivel de conciencia tan bajo, los oportunistas y tarados de todo tipo se acercaban como buitres, hasta varios personajes venidos de sectas, literalmente, campaban a sus anchas y eran venerados por algunos. Las asambleas eran un caos y al final, tras horas y decenas de opiniones, se concretaba poco más que la cena. Mi escasa experiencia militante, mi poca formación y mi frágil paciencia, me impidieron tener un mejor papel intentando concretar yendo al grano. No era fácil empujar a la combatividad cuando ponían como ejemplo a Islandia y creían que por ocupar las plazas levantando las manos, los poderosos abandonarían privilegios y cederían derechos. Derechos que, por otra parte, tampoco se concretaban. Muchos pasaban por allí como una aventura de fin de semana: acampada, cachondeo, fotos y punto. Lo poco positivo es que se gritaba a los políticos: ¡No nos representan! El problema es que luego, cuando boicoteábamos sus actos, nos condenaban o no se unían. También hizo que se hablara masivamente de política en las calles y eso era necesario. Además, fue en cierta manera el germen de movimientos como la PAH, que aún con sus lógicas limitaciones, han servido para frenar muchos desahucios, señalar a criminales, evitar cortes de luz y agua, etc. Igual que es nocivo sobrevalorar el 15M como siguen haciendo muchos sin análisis crítico, también lo es decir que fue totalmente inútil, entre otras cosas porque la experiencia enseña y muchos aprendieron que no basta con acampar levantando las manos para conquistar derechos.

Aunque todas las acampadas del 15M eran parecidas, en las ciudades donde más militantes anticapitalistas participaban, tenían más contenido, pero igual que yo, también se daban contra un muro a menudo y los hippies montaban talleres de yoga y debates estériles mientras la miseria crecía en los barrios que, en su mayoría y como es lógico, acusaban de perroflautismo al movimiento. Los medios burgueses, sabiendo que era un movimiento inofensivo, hablaban de este como si de un zoo se tratase y las acampadas fueran monos a observar con la tranquilidad de saber que no darán dos hostias. Eso hacía felices a los ingenuos, como si los medios financiados por bancos y grandes empresas, pudieran hablar bien de un movimiento que realmente ponga en peligro al régimen. Si lo hacen, es que demasiado falla, pues son voceros y escudos de los culpables. Así, pasaron los días y la plaza cada vez estaba menos llena, pues quienes esperan soluciones rápidas y cómodas, caen rápido en el derrotismo. Tras casi dos semanas, la policía desalojaba al amanecer por orden del alcalde del PSOE (ese al que habían protegido al principio cuando le hicimos el escrache). Hubo detenidos y porrazos, una dosis de realidad para quienes llamaban amigos a los policías y creían que el buenrrollismo de la acampada iba a contagiar a los opresores. La manifestación de por la tarde fue una de las más masivas que he visto en esta ciudad. Cuando pasábamos por delante de la comisaría se golpearon cristales y hubo quienes intentaron arrancar las banderas del edificio, otra vez frenados por quienes llamaban violencia hasta a eso.


El 15M puede resumirse en “mucho ruido y pocas nueces”. Se cuestionó al régimen pero no se atacaron sus pilares. Se dijo que había que conquistar derechos pero ni se concretaron ni se supo cómo. Lo pintaron como el inicio de la lucha sin querer saber nada de luchas pasadas mucho más serias que sí conquistaron derechos, era la soberbia de una indignación pequeñoburguesa. Hoy estamos mucho peor que en 2011 y las plazas están vacías porque se pasó del “no nos representan” a decir que Podemos sí nos representa. Los oportunistas de Podemos captaron ese cabreo descafeinado y lo sedaron aún más en las urnas. Un movimiento desclasado era pasto de quienes como Podemos no representan a nuestra clase. Por eso, los barrios más jodidos, donde hay cabreo de verdad aunque no se organice ni se dirija bien, no se sentían representados por el 15M. Al final, aquella movilización en las calles, sirvió a quienes alejan la lucha de las calles. Pero qué duda cabe, de que la próxima vez que las calles se llenen masivamente durante tantos días, el nivel será más alto por las lecciones de la experiencia y por la conciencia de clase que la crisis capitalista ha servido con hostias de todo tipo. Aunque sólo sea por eso, el 15M no fue totalmente inútil y desde luego los revolucionarios hemos de hacer autocrítica del papel que tuvimos allí. Criticar desde el sofá como hacen muchos, es muy fácil, lo que cuesta es señalar al capitalismo en asambleas desclasadas, proponer ir más allá de protestas guiadas por la policía, etc. Precisamente si Podemos lo ha tenido tan fácil para absorber el 15M, fue porque la mayoría de “revolucionarios” lo miraban desde la distancia, cuando lo revolucionario es acudir a esos movimientos para que no sean tan inofensivos y confrontar la influencia del reformismo. De aquella experiencia, nosotros también tenemos mucho que aprender. 


martes, 11 de abril de 2017

¿De qué paz nos hablan? (Sobre el desarme de ETA)

Numerosas personas consideradas de izquierdas, celebraban la entrega de armas de ETA “al pueblo vasco” como decía la organización armada en su comunicado. Las armas estarán en manos de la policía, no del pueblo, hablemos claro. Si realmente las entregaran al pueblo como dicen,  no me cabe la menor duda de que alguien en la miseria cogería alguna para pegar un palo. No sería la primera ni la última vez que numerosas personas se ven obligadas a hacerlo para sobrevivir. Este artículo no pretende ser una crítica sobre el fin de su lucha armada. Primero porque no soy nadie para exigir a otros que cojan las armas y segundo porque no creo que ese sea el problema, sino cómo se hace. ETA también habla en su comunicado de los “enemigos de la paz” que no han facilitado su desarme. ¿Si lo hubieran facilitado ya no serían enemigos de la paz quienes bombardean países para saquear sus recursos con guerras imperialistas? Algunos de los que lo han facilitado no son precisamente un ejemplo de demócratas, como algunos políticos del P$OE. En estos términos habla también la izquierda domesticada que festeja el monopolio de la violencia del Estado hablando de paz en abstracto, como si pudiera haber paz con desahucios, con represión, con explotación, con paro masivo, con miseria. Hablar en esos términos es hacerle un favor al Estado opresor como si la paz fuera compatible con sus brutales injusticias. Que les digan a las familias de los más de 600 trabajadores que cada año son asesinados por el terrorismo patronal, obligados a trabajar sin seguridad, que hay paz sin ETA.

Gran parte de esta izquierda está tergiversando la historia diciendo que ETA ha interesado siempre al Estado. ¿Entonces por qué la represión ha sido tan dura y cruel con sus militantes y simpatizantes? ¿A los representantes del Estado les interesaba poder ser ejecutados? Una cosa es que algunos errores muy importantes de la organización hayan beneficiado al Estado y la otra que todo les interesara. Otra cosa es que algunos partidos, por su afán de venganza, no se conformen con el fin de la lucha armada o la entrega de armas. El fin de la lucha armada de ETA, claro, el Estado va a seguir ejerciéndola y a demasiados se les olvida, parece que no haya ningún problema en que el brazo armado del capital o el ejército imperialista, hagan uso de la fuerza armada. Si ETA hubiera servido al Estado como tantos dicen, el Estado no hubiera puesto tantos esfuerzos en debilitarla o en exterminarla. La duda ofende, pero ya decía Bertolt Brecht que en los tiempos terribles conviene recordar lo obvio. Desde luego sí hay una cosa que conviene al Estado: que se le otorgue el monopolio de la violencia y que se llame terrorismo a la respuesta a sus constantes agresiones.

Además, ese discurso tira piedras a su propio tejado como si su lucha hubiera carecido de legitimidad, porque están diciendo que impedían la paz. Lo que crea conciencia es decir que es el Estado, armado hasta los dientes para imponer el poder de unos pocos parásitos ricos, quien impide la paz negando derechos, no la resistencia que lucha para conquistarlos. Quitando la legitimidad de ese método de lucha, están tirando mierda a quienes quieran utilizarlo. Si ellos no quieren utilizarlo más, es su decisión, pero que dejen en paz (ya que hablamos de paz) a quienes lo utilicen o quieran utilizarlo por tener claro que sin justicia social, no hay paz. Como leía a un familiar de un preso político vasco: “¿Qué hay que celebrar, que las cárceles siguen llenas de presos con otros tantos en el exilio y en la clandestinidad? ¿Que sigue la represión y que se nos continúa negando el derecho a la autodeterminación como tantos otros?”. El problema es que se está negando la legitimidad de todos los métodos de lucha y que los partidos políticos de la IA oficial están condenando hasta la autodefensa frente a la brutalidad policial, los ataques a bancos o a sedes de partidos con políticas criminales enemigas de la clase trabajadora, etc. Claro, ahora resultará que hay que dejar tranquilos a quienes nos joden la vida. Una cosa es que ETA deje la lucha armada y otra que Bildu condene hasta los sabotajes contra multinacionales con un discurso socialdemócrata totalmente asumido por el sistema, eso es intolerable. Así están legitimando la represión contra quienes lo hagan, ¿esa es su visión de la paz? Qué fácil desde las cómodas poltronas de ser un político del sistema.


Mientras, los jóvenes y no tan jóvenes de Euskal Herria como del resto del Estado, cada vez recibimos más golpes del capitalismo. Seguro que desde el buen rollo con el PP$OE del que Bildu presume y condenando la autodefensa, se arregla todo. Tal vez habría que recordar que ETA hace años que dejó la lucha armada y que la inmensa mayoría temen el paro, la explotación, la represión y la miseria, no su regreso; es un hecho objetivo. El verdadero camino hacia la paz es el camino hacia el Socialismo y este no se podrá conquistar desde la condena de la autodefensa y vendiendo una falsa paz dentro del Estado capitalista. Ni siquiera las importantes mejoras se conquistarán, como ha demostrado la historia, dando paz a quien la niega. Pero cuando se abandona la lucha de clases como ha hecho una gran parte, la claudicación ideológica está servida y esta no depende de coger o no una pistola. Por eso, como el preso político de ETA Jon Kepa Preciado, en una muy digna carta que escribió, digo “no en mi nombre”. Que tampoco hable en mi nombre la izquierda española o catalana que niega la legitimidad de todos los métodos de resistencia y que habla de paz bajo la opresión fascista y burguesa. Algunos sólo celebraremos el desarme de los opresores. 




miércoles, 5 de abril de 2017

NO ES UN CHISTE

No, la libertad de expresión no es ningún chiste, es una cosa muy seria por la que muchos han dado la vida y otras tantas están presas por luchar por esta y otros derechos democráticos. Por más que los progres se la tomen a chiste y sólo se escandalicen cuando condenan a alguien por utilizar el humor y más si es como Cassandra, una miserable arrepentida que de la mano de Podemos califica de “ejemplar” a la Audiencia Nacional, excepto su condena, claro. Cassandra es todo lo contrario a llevar con dignidad la represión, capaz de echar mierda a quien sea, hasta a los antifascistas que ejecutaron al Carrero Blanco de sus chistes, con tal de intentar “salvarse”. Capaz de poner como ejemplo a un tribunal fascista mientras nos deja como monstruos a quienes nos negamos a condenar la autodefensa en todas sus formas. Ni siquiera ha aprovechado su altavoz para exigir la absolución de las decenas de represaliados por opinar y la libertad de quienes como Valtonyc, están al borde de entrar en prisión. Desde luego a la solidaridad y la dignidad no va a salvarlas. Podemos, como carroñeros oportunistas, han visto en ella la oportunidad de rascar votos y como la han condenado por un chiste, la han convertido en la mártir de la libertad de expresión, como si quienes somos condenados por hablar en serio, merezcamos pudrirnos en prisión. Así es para ellos porque han olvidado, como Cassandra, a las decenas y decenas de personas que hemos sido condenadas por expresarnos.

Precisamente si hoy condenan hasta por chistes o por denunciar torturas, aunque el tribunal europeo de derechos humanos haya condenado al Estado español por permitirlas, es porque durante muchos años la inmensa mayoría han mirado hacia otro lado cuando ilegalizaban partidos y organizaciones revolucionarias, cuando cerraban periódicos, cuando encarcelaban y torturaban a numerosos antifascistas por luchar, etc. Pero para Cassandra y los oportunistas que la adoran, entonces la Audiencia Nacional obraba bien. Pablo Iglesias, al conocer la sentencia de Cassandra, decía que “España no es ninguna dictadura”. Qué fácil desde la poltrona, quienes sufrimos la represión no podemos decir lo mismo y no vamos a lavar la cara del régimen criminal negando su tiranía. La misma IU que hoy se escandaliza por los chistes condenados, aprobó el código penal que nos condena por opinar, han sido firmes defensores de la constitución que nos oprime y que no rompió con el fascismo perpetuándolo con cuatro reformas superficiales. La hipocresía es insoportable, pero por salir en la foto y rascar unos votos acercándose a lo que tiene tirón y que no supone riesgo alguno para su poltrona, abandonan cualquier resquicio de vergüenza. Pero no sorprende, son los mismos que yendo de defensores de los derechos humanos, silencian el exterminio de presas antifascistas en las cárceles del Estado que niega hasta la asistencia médica y la libertad a presos revolucionarios gravemente enfermos. Les escandaliza un chiste condenado, pero no las torturas. ¡Hasta al burgués tribunal europeo le escandalizan más!


Para ellos la lucha es un chiste, basta ver los carteles que hacen sorteando unas cervezas con Alberto Garzón o con Ramón Espinar vestido de superman  (el que desayuna en el lujoso Ritz con los sindicatos del régimen CCOO y UGT) mientras en otro twit presume del colegueo que tiene con Cifuentes. Normal que sólo les escandalicen las condenas por chistes. Mientras, quienes nos tomamos la lucha en serio, afrontamos largas condenas de prisión o somos apaleados y acosados en las calles por los sicarios del capital. Gracias al silencio de estos canallas reformistas, que es complicidad, el régimen lo tiene mucho más fácil para machacarnos. Por eso para el régimen también son un chiste que, como decía el presidente de la patronal, no supone peligro alguno para sus políticas económicas. Cobran, para entre otras cosas, frenar una respuesta contundente a la represión, ocultarla y llamar democracia al Estado que considera víctima del terrorismo a un dirigente fascista genocida. ¿Cómo no van a pagarles por semejantes favores? He sido demasiado generoso: no llegan ni a chiste porque no tienen la más mínima gracia. 


sábado, 25 de marzo de 2017

¿EL COMUNISMO ES LEGAL EN EL ESTADO ESPAÑOL?

La mayoría responderán que sí porque pueden comprarse libros de Marx y Lenin, llevar una bandera comunista o una camiseta con la cara del Che. Pero como decía Engels: el marxismo es una guía para la acción. No podemos separar la teoría de la práctica, ese es el empeño de la burguesía para que no nos organicemos en torno a la lucha comunista, por eso repiten falacias como que “el comunismo es muy bonito en la teoría pero fracasa en la práctica”. Por eso no persiguen a los intelectuales pequeño burgueses que se pasan el día teorizando sobre lo ya escrito y que no tienen práctica revolucionaria alguna, porque además, estos charlatanes se dedican a atacar a los revolucionarios que sí la han tenido y tienen. Por lo tanto, le hacen otro favor a la burguesía. Los clásicos del marxismo escribieron para incitar a una práctica revolucionaria correcta, no para que sus textos se quedaran en un blog o en una biblioteca. Como por lo tanto no podemos quedarnos en el plano teórico para decir si el movimiento comunista es legal, veamos si en la práctica lo es. Aún así, cabe recordar que aunque uno pueda comprar un libro de Lenin en multitud de librerías, hay escritos comunistas prohibidos como muchos del PCE (r) y el Estado cerró en 2007 la web Antorcha donde aparecían algunos de estos, encarcelando al administrador.

Hay que partir de la base de que el marxismo-leninismo es la combinación de lucha legal e ilegal, por lo tanto hay una parte de la lucha que siempre estará fuera de la legalidad. En algunos Estados, con más libertades políticas que el español, el margen para actuar en la legalidad es mayor, pero aquí, donde se persigue hasta a quienes denunciamos torturas y asesinatos a manos de la policía o en el que la policía carga e impone caras multas hasta en manifestaciones pacíficas, apenas hay posibilidades. Estas condiciones han obligado a muchos militantes comunistas a pasarse a la clandestinidad, dificultando así la labor policial para detenerlos por una actividad exclusivamente política y no armada. No lo hicieron por capricho, como parecen asegurar los manipuladores revisionistas tan apegados a la legalidad que no suponen peligro alguno. Lo hicieron por el constante acoso al que eran sometidos por la policía, por repartir octavillas o participar en asambleas de trabajadores o parados. La solidaridad con los presos políticos antifascistas también está perseguida y han encarcelado a solidarios e incluso a abogados de los presos. Ante esta ausencia de libertades, ¿quién puede decir que la lucha comunista es legal en el Estado español? Sólo quienes se dicen comunistas pero en los hechos, lo que lógicamente más cuenta, no denuncian ni el exterminio de presas comunistas. La burguesía teme la práctica y cuando esta es inexistente o no pone en riesgo los pilares del régimen, puede tolerarla e incluso la necesita para tergiversar el marxismo y dar una imagen de pluralidad para camuflar mejor la falsa democracia.


Pero hay una cosa imprescindible para saber hasta qué punto la lucha comunista es legal en un Estado: saber si el partido comunista que ejerce como tal y no sólo de nombre, es legal. Los comunistas creemos en la imperiosa necesidad del partido comunista, que es la organización independiente de la clase obrera, es decir, que no está controlada por la burguesía y que por lo tanto, sólo sirve a los intereses de los trabajadores sin deberse a acatar la legalidad que nos oprime. Renunciar a la función del partido comunista es el colmo del oportunismo y equivale a decir que la pequeña burguesía puede dirigir el movimiento revolucionario, renunciando al papel de vanguardia del proletariado más avanzado. En el Estado español, el partido que se ha ganado durante cuatro décadas el calificativo de comunista, con una lucha tenaz, comprometida a cualquier precio y bien organizada, que jamás ha traicionado los principios comunistas y por lo tanto a la clase obrera, es el PCE (r) y es un partido ilegal precisamente por eso. Un Estado como el español, que no rompió con el fascismo y que por lo tanto, a la vista está, no asegura ni las libertades más básicas, no va a tolerar que un partido verdaderamente revolucionario, sea legal. Ya no sólo eso, sino que las condenas a sus militantes llegan a los 11 años de prisión y en el caso de su Secretario General, que ya acumula 24 años de condena en dos tandas, a la cadena perpetua encubierta. Otros tantos han sido asesinados pasada la "transición". Ni los bolcheviques en el zarismo sufrían una represión tan contundente, ni siquiera Fidel Castro tras ser encarcelado cuando asaltó con las armas el cuartel de Moncada. Por lo tanto, si los comunistas creemos en la función imprescindible del partido y queremos organizarnos con este para tener una práctica consecuente, no podemos hacerlo desde la legalidad. ¿Quién puede decir que la lucha comunista es legal en el Estado español? Los partidos que diciéndose comunistas caen en el parlamentarismo más vergonzoso, han sido defensores de la Constitución y de la reconciliación con el fascismo, condenan la autodefensa, no exigen la Amnistía total, reducen las experiencias revolucionarias de otros países al folklore festivo y no proponen nada más que manifestaciones-paseo. En definitiva, quienes se pasan los principios comunistas por su cómoda práctica. Como se suele decir: “Quienes no se mueven, no sienten las cadenas”. Y moverse en la lucha comunista, es todo lo contrario a eso y suele ser ilegal, otra cosa es que no puedan encarcelarnos a todos los que hagamos algo ilegal, pero la posibilidad está ahí.


viernes, 10 de marzo de 2017

AGUDIZAR LA CRISIS DEL RÉGIMEN


Que el régimen tiene una crisis cada día más profunda, es algo que hasta sus voceros manipuladores profesionales, se han visto obligados a reconocer con preocupación en más de una tertulia de TV o en su prensa escrita. La monarquía, los políticos, sus fuerzas represoras, sus relaciones internacionales, el independentismo masivo en Catalunya, etc, son algunos ejemplos de importantes grietas en los pilares del régimen. Si a ello le sumamos los millones de parados, ausencia de libertad de expresión, desahucios diarios, sueldos de miseria, etc, tenemos unas condiciones objetivas que de estar bien acompañadas por las subjetivas (organización revolucionaria) se iba a montar una bien gorda. Este artículo sería más extenso que el Quijote si me pusiera a citar más ejemplos de la grave situación que estamos pasando, pero basta recordar que hace pocos días se derrumbaba y no por primera vez, el techo de un hospital público de Madrid quedando herido un paciente. Vas a que te curen y sales más herido, eso si no sales muerto porque por la falta de personal y medios no pueden darte la mejor atención. Cuando hasta los hospitales están en esas condiciones, por eso y tantas cosas más, en cualquier Estado sólo un poco más cuerdo, estarían ardiendo las calles.

Mientras aquí han condenado a Valtonyc a 3 años y 6 meses de prisión por hacer canciones contra la monarquía y políticos criminales, la respuesta en las calles ha sido poco más que cuatro concentraciones y dos de estas en su isla, en Grecia los estudiantes lanzan cócteles molotov contra el parlamento, los agricultores se enfrentan a los antidisturbios a palazos o se ocupan ayuntamientos para mejorar las condiciones de los presos revolucionarios y en Francia responden a la brutalidad policial con días de disturbios como hicieron con la “ley del trabajo”. Con eso no digo que en esos países estén al borde de la revolución (para eso hace falta mucho más que enfrentamientos esporádicos), sino que aquí con unas condiciones objetivas mucho más jodidas, hay una respuesta mucho menos contundente. Por eso el gobierno ni camufla sus homenajes a la División Azul de fascistas españoles que ayudó a los nazis o quienes saquean millones de dinero público como Rato salen de rositas, para qué si no hay una respuesta aunque la humillación no pueda alcanzar cotas más altas. ¿Qué será lo próximo, multar con 1.200 euros a 13 jóvenes por reunirse para comer pipas? ¿Lo dudas? Pues lo acaban de hacer en Jaén: ley Mordaza por reunirse varias personas en la calle. ¡A quién se le ocurre salir a la calle a hablar y comer pipas en un parque si hay que estar bailando canciones machistas en un local caro o frente al ordenador subiendo las fotos del baile! En estas estamos e irán a más como no los frenemos, no será porque no nos estén avisando. Es un régimen decadente que nervioso, impone el terror para que no podamos ni reunirnos en la calle o protestar.

Pretenden arreglar su tremenda crisis de legitimidad a base de una represión que sólo agudiza aún más su crisis, pero así son los fascistas, son bestias que no atienden a razones. Eso provoca que cada vez más personas se den cuenta de que aquí no tenemos ni la d de democracia, cosa que hemos de aprovechar para desarrollar la organización revolucionaria imprescindible para conquistar mejoras y para un día poder poner fin a la tiranía del capital. Está en nuestras manos agudizar más su crisis y con los incontables ejemplos de barbarie que dejan, despertar la conciencia de clase hasta que la respuesta ante sus crímenes y violaciones de derechos fundamentales, sea mucho más que cuatro concentraciones tranquilas. Para ello es imprescindible recordar que si nos vencen y oprimen, es porque ellos sí tienen claro que el uso de la fuerza es necesario. Sin embargo una gran parte de la izquierda y de los autodenominados “partidos comunistas” no dudan en condenar los métodos de lucha ilegales. Si aquí los estudiantes hubieran lanzado cócteles molotov contra el Congreso como en Grecia, desde Unidos Podemos hasta los revisionistas, lo hubieran condenado. Agudizar la crisis del régimen pasa precisamente por no dar legitimidad a su legalidad que nos asfixia. Es evidente, no para demasiados y así estamos, que condenando lo que se salte su legalidad, lo fortalecemos. Por ello hemos de tener claro qué partidos fortalecen al régimen y qué partidos u organizaciones lo debilitan. Con quienes lo debilitan y asumen planteamientos revolucionarios verdaderamente democráticos, podremos tejer alianzas pese a las diferencias, eso es la unidad. Con quienes legitimen la represión u ofrezcan otro tipo de colaboración al régimen, sólo cabe señalarlos como enemigos. El régimen los necesita, como necesitó al PCE en la “transición”, para dormir la rabia alejándola de las calles y así tener al rebaño controladito. Son su pata izquierda y como tal deben ser tratados: parte del problema, no aliados. Sin olvidar que una cosa son muchos de sus votantes ingenuos y la otra sus políticos mentirosos y apoltronados. Con los primeros hemos de tratar para hacérselo ver, a los que los manipulan, atacarlos.

Sólo debilitando al régimen podremos un día asestarle el golpe final. Para ello hemos de salir del cómodo espacio que compartimos con quienes ya asumen planteamientos revolucionarios, que no son nada si no los llevamos a la práctica y los compartimos con nuestros compañeros de clase que aún no han llegado a estos. Necesitamos, como decía Lenin, una agitación y propaganda constantes y disciplinadas para combatir la manipulación del enemigo y concienciar. De lo contrario resultaría absurdo pensar que podemos derrotarlos desde la comodidad y el sectarismo. Ahora que el régimen empieza a agonizar es el momento, nos lo ponen en bandeja sin querer. Recordemos porqué sus instituciones no tienen legitimidad, denunciemos la falta de libertades con solidaridad, llevemos la indignación más allá de internet, aumentemos el creciente descontento popular y sobre todo, organicemos la rabia. Si en otras épocas y lugares, con unas condiciones objetivas menos agudizadas, ha habido una gran resistencia, ¿cómo no vamos a organizarla con la que está cayendo? Tenemos una responsabilidad con nosotros mismos, con nuestra clase y frente a la historia; si sabemos lo que hay que hacer, no podemos mirar hacia otro lado y caer constantemente en sus distracciones para sedarnos y alejarnos de la lucha. De su crisis, que nazca nuestra fortaleza. Ante su falta de legitimidad, defendamos la legitimidad de toda resistencia.

 


 

 

sábado, 25 de febrero de 2017

15 RAPEROS POR LA AUDIENCIA NAZI-ONAL EN 3 MESES


En cuestión de 3 meses hemos pasado 15 raperos por la Audiencia Nacional. Yo ya fui condenado a 2 años de prisión y ahora pueden caerme hasta 6 más, La Insurgencia (11 raperos, un productor y quien hacía los vídeos) también se enfrenta a una larga condena por “asociación ilícita”, “enaltecimiento del terrorismo” e incitación al odio y a Valtonyc lo acaban de condenar a 3 años y 6 meses de prisión por injurias a la corona y enaltecimiento. En ningún Estado europeo, ni siquiera en Estados Unidos, se viola así la libertad de expresión. Evidentemente no estoy poniendo como ejemplo de libertades a esos países, todo lo contrario, pero que en este Estado haya aún menos, es muy significativo. A raíz de estos casos, bastante mediáticos, muchas personas se preguntan cómo puede suceder. Para entender el presente y conquistar el futuro, hay que conocer el pasado.

La Audiencia Nacional es un tribunal herencia del Tribunal del Orden Público franquista que cumple la misma función: castigar con saña la disidencia. Le cambiaron el nombre pero los jueces y fiscales continuaron siendo los mismos. Un tribunal demócrata hubiera condenado a la policía torturadora y asesina del franquismo, a sus ministros, etc. Nada más lejos de la realidad: condenó a quienes luchaban para que así fuera. Por sus salas y calabozos hemos pasado miles de antifascistas cuyo delito ha sido luchar por una verdadera democracia. Por lo tanto cabe recordar, ahora que tanto hipócrita pide la libertad de Valtonyc, que los partidos como Unidos Podemos que no piden la disolución de este tribunal y de los cuerpos represivos, están perpetuando la represión. Para combatir la represión hemos de saber quienes están realmente en nuestra trinchera y quienes de una forma u otra legitiman a los represores. Además, estos oportunistas sólo se acercan cuando algo tiene bombo mediático y a menudo ni eso, pues criminalizaron a los jóvenes de Altsasu y se solidarizaron con la Guardia Civil.

En Estados Unidos hay raperos y artistas más famosos que nosotros y con letras mucho más explícitas que llaman a ejecutar policías o políticos. Ninguno ha sido condenado a prisión por ello. Baste como ejemplo la canción “Cop Killer” de Ice T que puede encontrarse subtitulada en castellano por YouTube. O el videoclip del famoso y clásico grupo Onyx “Againt All Authorities”, en el que secuestran a un policía, lo golpean y lo crucifican. De hacer eso un grupo de este Estado, sería detenido al día siguiente y condenado a prisión. Por mucho menos Valtonyc pasará, si la solidaridad no lo evita, casi 4 años encarcelado. Pero a todas horas nos dirán que el máximo problema es Trump cuando aquí tenemos algo aún peor. Para transformar la sociedad, hay que saber donde sobrevivimos. Por eso es tan importante que con campañas y hablando con nuestro entorno, demos a conocer casos como estos y tantos más para que se tome conciencia de que vivimos en un Estado sin las más mínimas libertades garantizadas. El uso sistemático del terror de la represión para que tengamos la boca cerrada, es el fascismo moderno del que hablaba Dimitrov, la forma de dominación de la oligarquía más reaccionaria. Los hijos y los nietos políticos de quienes encarcelaron o exterminaron a Lorca, a Miguel Hernández y a tantos antifascistas más, son los que con prácticas inquisitoriales nos condenan por protestar. Saben que hacerlo, por el momento, les sale casi gratuito. Sí provoca que más personas abran los ojos, pero si no se transforma en solidaridad llevada a los hechos, los represores no se lo piensan. Por eso, ahora que se habla tanto de la falta de libertades, hemos de insistir en la importancia de la práctica revolucionaria para que la indignación sea mucho más que unos twits o un berrinche momentáneo.

Para evitar que Valtonyc entre en prisión hace falta mucha presión. Si por todo el Estado hubiera concentraciones exigiendo su libertad y amplias campañas, se lo pensarían dos veces con él y con tantos más. Nuestro deber es organizarlas si nos indigna que se le quiera encarcelar por republicano y antifascista. ¿Acaso nosotros no lo somos? Pero sin olvidar que las cárceles están llenas de presos y presas antifascistas, la solidaridad no puede ser selectiva porque no sólo Valtonyc merece la libertad. La reivindicación de la amnistía total se hace imprescindible para unir la solidaridad y apuntar al régimen, teniendo claro que mientras tengamos un Estado así, no pararán de encarcelar por luchar. Por eso lo más importante es fortalecer la organización revolucionaria que pelee duro por acabar con la raíz del problema.

 

miércoles, 15 de febrero de 2017

¡VIVA LA LUCHA DE LOS ESTIBADORES!

Volvemos a asistir a un linchamiento con mentiras de todo tipo contra un colectivo de trabajadores, esta vez los estibadores. Cuanto más teme algo la burguesía, más saña en la manipulación, de ahí que inviertan tantos millones en propaganda anticomunista. Para deslegitimar su lucha, tienen la falta de escrúpulos de llamarlos privilegiados. El año pasado cuatro estibadores perdieron la vida trabajando y decenas más sufrieron “accidentes laborales” mientras sus patrones, los verdaderos privilegiados, se enriquecían tramando graves recortes en sus derechos. Los medios del sistema, cuya función no es otra que lavar la cara a los explotadores y criminalizarnos a los explotados que nos rebelamos, no airean los sueldos de los empresarios, sólo los de los trabajadores y encima manipulados. Lo mismo hizo Colau para desacreditar a los trabajadores del metro en huelga. Así, pretenden que no apoyemos su lucha y que centremos nuestro rechazo en ellos y no en los verdaderos privilegiados. Algo estarán haciendo bien cuando los medios al servicio de la banca y multinacionales, los están atacando sin tregua con un odio de clase que ojalá tuviéramos toda la de los oprimidos porque no estaríamos como estamos.

Pero lo que más teme la burguesía de su lucha, es que cunda el ejemplo y sean la chispa que prenda más luchas obreras. Que se desate una fuerte solidaridad como no me cabe duda que sucederá si siguen con firmeza, como pasó con la lucha de Gamonal que despertó la solidaridad en muchas ciudades que salieron a las calles a apoyar. Ahora que la situación es desesperante pero apenas hay luchas obreras, que esto se les vaya de las manos y fomente la combatividad, es algo que les genera una seria preocupación, de ahí tanto interés en intoxicar a la clase trabajadora para que no les apoyemos y sobre todo, para que no sigamos el mismo camino. Por eso nuestro deber de clase, es defender la legitimidad de su lucha y combatir la propaganda capitalista. Son tan sádicos que intentan, a menudo con éxito, que el que cobra 600 euros, odie al que cobra 1.000 o incluso 2.000, no a quienes cobran 10.000 o muchísimo más. Han conseguido que se llame privilegiado al mileurista o al que se juega la vida en el trabajo y no podemos quedarnos de brazos cruzados. Si en pocos años han logrado que el “privilegiado” sea el mileurista, ¿qué lograrán si no los frenamos? Que les pretendan bajar el sueldo hasta un 60% es para montar una muy, muy gorda. Si hasta ahora no estaban tan jodidos como en otros sectores aún jugándose a menudo la vida, es por las luchas que han tenido en el pasado y porque sabiendo la que pueden montar, se lo han pensado dos veces antes de joderlos de verdad. Pero cada vez nos exprimen más y ahora les ha tocado a ellos.

Los estibadores no cobran mucho, hay que juzgar lo que cobran en función de la dureza de su trabajo y sobre todo por los beneficios que generan, que son colosales, de ahí la preocupación ante su huelga combativa (recalco lo de combativa, porque las huelgas-farsa de CCOO y UGT no tienen nada de eso). Por lo tanto cobran poco comparado a la riqueza que generan y en todo caso, nosotros cobramos demasiado poco. Pero es tal su manipulación, que algunos creen que la culpa de que cobremos una miseria es de los estibadores. Hemos de combatir esas mentiras, pero no podemos quedarnos sólo con los que tienen el cerebro lavado, sobre todo hemos de quedarnos con la gran solidaridad y apoyo que están teniendo para no caer en el derrotismo inútil. Pero lo más importante para diferenciarnos de la izquierda domesticada que perpetúa la impunidad de los explotadores y que ahora se acerca oportunista a los estibadores, es recordar que tienen legitimidad para utilizar absolutamente todos los métodos de lucha que sean necesarios para combatir el terrorismo patronal que pone en riesgo la vida de muchas familias. Los sabotajes que ya han realizado no son ningún capricho, cuando no atienden con buenas formas, no dejan otro camino. Precisamente por eso los temen: porque no se atan a la legalidad que los condena. Pero esos métodos tan necesarios, exigen medidas de seguridad, la policía está al acecho y cuenta con colaboradores como se ha visto al airearse una asamblea en la que se llamaba a “romperlo todo” si no cedían.


Defender su lucha, es defendernos a nosotros. La solución es colectiva, acabemos con el individualismo porque cuando un trabajador pierde derechos, los perdemos toda la clase trabajadora, como bien recordaba el PCE (r). Demos a conocer su lucha, combatamos las mentiras de los medios atacando a los verdaderos privilegiados, defendamos la legitimidad de todos sus métodos de lucha ilegales, pongamos en práctica la solidaridad. ¡VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA! ¡ADELANTE ESTIBADORES, ESTAMOS CON VOSOTROS, NI UN PASO ATRÁS!


jueves, 2 de febrero de 2017

LA DISTRACCIÓN DE TRUMP

Desde Podemos a C’s, del País a 13TV, todos se ponen de acuerdo en dejar a Trump como el diablo y a Obama como un buen tipo. Pretenden hacernos olvidar que hace escasos meses y bajo el mandato de Obama, se batieron récords en cuanto a asesinatos de negros pobres a manos de la policía. También que con su querido Barack, USA ha participado en 7 guerras imperialistas, más que con Bush. Pero no pasa nada, en la era del marketing cuenta lo que sonríe el candidato mientras miente, no los países que masacra. Nosotros podemos decir que Trump es un criminal, faltaría más, pero la mayoría de quienes lo critican están apoyando a criminales iguales o peores, ese es el problema. Uno de estos era Obama y la conocida como Killary Clinton, que pretendía ocupar su puesto con una postura mucho más belicista que Trump y que buscaba un enfrentamiento abierto con Rusia. Los mismos que repiten un “no a la guerra” abstracto, luego lavan la cara al Obama de las 7 guerras imperialistas y se lamentan de que Clinton no haya ganado, como si alejarnos un poco de la tercera guerra mundial fuera una pésima noticia. Con menudos “pacifistas” hemos topado.

No hace falta ser un lumbreras, y así lo saben los millones y millones de estadounidenses que no han participado en la farsa electoral, para darse cuenta de que apenas hay diferencias entre un presidente y otro, pues ambos son firmes defensores del capitalismo que esclaviza a la clase obrera. A parte de las ya citadas diferencias en el plano internacional, Trump aboga por un proteccionismo económico que se traduce en poner fin a tratados de libre comercio como el TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones) al que también se oponía la izquierda del capital que lava la sangre a Obama y a Clinton, qué casualidad. Los comunistas también nos oponemos al tratado, pero no lavando la cara al Obama que lo defendía. Sin embargo los medios burgueses y sus títeres podemitas, los están pintando como dos polos opuestos y cosas que hace Trump y que también hacía Obama, se las critican sólo a Trump. Como por ejemplo el apoyo que ambos han dado a Arabia Saudí para masacrar Yemen. El otro día La Sexta ponía el grito en el cielo por los terribles bombardeos de hace un par de días, cuando ya hace dos años que empezaron, pero ahora pueden culpar a Trump. Si los récords de negros asesinados a manos de la policía fueran con Trump, dirían que es Hitler. Pero cuando sucedía con Obama estaban más ocupados diciendo que era un tío enrollado que montaba fiestas con actores en la Casa Blanca y que su mujer iba con vestidos muy modernos. Lo mismo sucede con los inmigrantes deportados: Obama ha sido el presidente que más ha deportado, muchos más que Bush. Pero si Trump habla de deportar, es titular en todos los periódicos.

Han encontrado en él a alguien a quien linchar para ir de demócratas, aunque su crítica estrella sobre el muro en la frontera con México tenga una hipocresía que también bate récords. Ya hay un muro, Trump pretende ampliarlo. Pero la inmensa mayoría de los que van de progres criticándolo, luego apoyan las políticas criminales de la UE con los “refugiados” a los que tiene en lugares iguales o peores que los campos de concentración nazis, apoyan a la OTAN que masacra sus países obligándolos a huir o callan la barbarie que suponen las cuchillas en las vallas de Ceuta y Melilla. Cabe recordar que aquí hace nada la Guardia Civil asesinó a al menos 15 inmigrantes (otros cuerpos no han sido encontrados) a balazos de goma hasta que se ahogaron. Si hubiera pasado con Trump todos los canales lo llamarían nazi, como pasó aquí, lo reducen a una anécdota sin importancia.

Con la tortura sucede lo mismo: Trump no oculta que está a favor de esta. Claro que es grave, pero peor es decir que no se tortura y torturar como se hizo con Obama o se hace aquí. ¿Acaso Obama cerró Guantánamo y su policía repartía abrazos? Los mentirosos profesionales conocidos como tertulianos no dicen que al Estado español hasta la UE le ha llamado la atención por las numerosas torturas que además ni se investigan y se tapan. El enemigo, cuantas menos máscaras se ponga, mejor. Y eso le reprochan a Trump: que maquille menos la barbarie. Porque a parte de con el terror, el sistema se sostiene con la ignorancia y no conviene que se sepa que se tortura. Hablan de su machismo como si la mujer obrera fuera a estar más explotada con Trump que con Obama, cuando su situación será idéntica. Como si el feminismo de Clinton fuera mejor, que se lo cuenten a tantas mujeres sirias que han tenido que sufrir a los yihadistas “rebeldes moderados” por la ayuda que los yanquis les han dado para intentar tomar el control de Siria. Pero eso qué importa a los medios y al progrerío, a los que sólo importa que Clinton es una mujer, como si sus bombas fueran a caer con más dulzura por ello o la espalda les doliera menos a las mujeres que se la parten en trabajos de mierda. Este es el nivel de la izquierda del capital que siempre baila al son de los medios de manipulación.


Pero principalmente utilizan a Trump para distraer, para que nos creamos que aquí estamos mejor. Que yo sepa, quien nos condena a prisión por opinar es la Audiencia Nacional y no Trump. Hasta en USA los artistas tienen más libertad de expresión que aquí. El caso es entretener, cuando no es con Venezuela, es con Putin y si no, con Trump. Así se ha llegado al ridículo de que haya manifestaciones contra Trump en el Estado español y no contra la escandalosa subida de la luz, por ejemplo. Qué duda cabe de que Trump es nefasto para la clase obrera estadounidense y para la de todo el globo, pero lo va a tener difícil para superar el terrible legado de Obama al que seguro que Clinton hubiera sumado muchos más asesinados y probablemente, la tercera guerra mundial. Pretenden vendernos que hay un imperialismo bueno y que la clase obrera estadounidense sufre menos si se decora más la barbarie. Al final, lo que también pretenden es ocultar que hay mucha vida más allá de esos candidatos, porque las elecciones burguesas se resumen en votar a una mierda u otra. Vamos a tener Trump hasta en la sopa, los medios seguirán bombardeando con noticias de todo tipo: desde el tinte de su pelo hasta la marca de bragas de su mujer. Todo vale para distraer al personal, no fuera que recuerde que aquí tenemos una situación catastrófica a la que hay que poner fin y se vaya a por los responsables de esta. 


miércoles, 25 de enero de 2017

NOS ESTÁN ASESINANDO

Desgraciadamente el título no es una exageración, es literal. Cada año más de 600 trabajadores mueren por falta de seguridad en el trabajo, víctimas del terrorismo patronal que se hace rico a costa de la explotación que ni siquiera garantiza que no vas a morir al acudir a tu puesto de trabajo. Iba a decir que no vas a perder la vida, pero la vida sí se pierde en trabajos de mierda con sueldos miserables. Cada año aumentan los “accidentes laborales” mientras nos venden que los avances tecnológicos facilitan nuestra seguridad. Este aumento no puede entenderse sin los millones de parados, pues muchos nos vemos obligados a aceptar trabajos en lamentables condiciones y se aprovechan del miedo al paro para que se acepte cualquier cosa y haya miedo a protestar para no perder el trabajo, aunque ello suponga poder morir. Al Estado no le importan estas muertes, para esos psicópatas sólo somos cifras. Los responsables de estos asesinatos nunca pagan por ello, inspección de trabajo hace la vista gorda y carpetazo al asunto. Es un genocidio silenciado. Los detenidos y condenados somos quienes luchamos por el derecho a un trabajo digno, así con todo.

A esos asesinatos hay que sumar todos los trabajadores y parados que son empujados al suicidio por haber sido sometidos a la peor desesperación: la de no tener ni una vivienda asegurada, por ejemplo. En el Estado español cada año se suicidan más de 3.000 personas según cifras oficiales, probablemente recortadas, la mayoría por problemas económicos. Hay quienes con un cinismo insoportable asegurarán que se suicidan porque quieren, como si uno tuviera la culpa de sufrir una profunda depresión por no tener ni los derechos básicos garantizados. Evidentemente no se hubieran suicidado si hubieran podido disfrutar de una vida plena sin la guadaña de la miseria. Otras cifras que se ocultan, no fuera que la farsa del “Estado del bienestar” fuera más cuestionada.

Por si fuera poco, también hay que sumar los asesinados por la conocida como “pobreza energética”, que no es otra cosa que pobreza y punto. Pero estos capitalistas se las saben todas para dividirnos a los pobres e intentar vendernos que sólo es pobre de verdad el que muere de hambre. Cuando uno ha de escoger entre comer o calentarse y tiene que iluminar el piso con velas, está en la absoluta miseria. 7.000 personas mueren cada año como consecuencia de la falta de luz, calefacción, etc. Los incendios y las enfermedades provocadas por el frío, se ceban especialmente con los bebés y ancianos. Hay muchos casos silenciados como el de cuatro hermanos de entre 4 y 12 años de Vendrell, que murieron quemados por tener que calentarse con fuego. Los medios no lo llaman terrorismo y la izquierda domesticada tampoco, está muy ocupada condenando los disturbios en manifestaciones anticapitalistas.

Hasta ONG’s que forman parte del sistema, se han alarmado por los millones de niños que ni siquiera pueden comer bien en este Estado. No son pocos los profesores que han denunciado que hay niños que se marean a menudo en la escuela por ir sin comer. La desnutrición infantil y los problemas que esta acarrea de por vida, las familias que buscan comida en contendores y que en ocasiones se han intoxicado, las ancianas que con pensiones de miseria no pueden ni alimentarse como es debido…También restan años de esperanza de vida, merman la calidad de esta y ocasionan muertes evitables.

Los recortes en sanidad son otra de las múltiples formas con las que asesinan. ¿Cuántas personas se hubieran salvado con una atención mejor? Son de sobras conocidas las fotografías de camillas apiladas en los pasillos de hospitales públicos y las quejas de miles de pacientes a los que les han hecho pagar hasta el agua o los han enviado a casa aunque no estuvieran en condiciones. ¿Cuántas personas han muerto esperando una operación urgente? Hace pocos días moría otra mujer que llevaba 5 años esperando una operación. Ayer moría una niña de 8 años tras horas esperando una ambulancia, porque mientras invierten miles de millones en represión o en un ejército imperialista, ni siquiera pueden asegurar un servicio digno de ambulancias. Esa es la libertad del capitalismo: que tu hija muera por no tener una ambulancia disponible en horas. Nos podría haber pasado a cualquiera de nosotros o de los nuestros. Nos están asesinando y desgraciadamente, podría poner muchos otros ejemplos que suman miles de muertos más: personas que mueren por dormir en la calle, víctimas de violencia policial como Iñigo Cabacas o los 15 inmigrantes del Tarajal, revolucionarias y presos comunes exterminados en prisión sin asistencia médica, víctimas de las invasiones imperialistas en las que participa el Estado español, víctimas de la violencia machista, del nazismo y de las drogas, etc. Ya decía el Che que “el capitalismo es el genocida más respetado del mundo”. Como poco, debemos llamar a las cosas por su nombre: estamos gobernados por genocidas que cuentan con numerosos cómplices bien pagados y policías, jueces y fiscales que los protegen.


Con Franco, como asesinaban fusilando o con garrote vil, hasta los progres legitimaban la resistencia armada ante sus asesinatos. ¿Acaso ahora no asesinan? Las miles y miles de asesinadas citadas anteriormente demuestran que el genocidio sigue aunque en la mayoría de casos no sea a tiros. Ante semejante terrorismo de Estado, ante tamaña barbarie que aún nos escandaliza a pocos, toda lucha es legítima. La magnitud de su violencia no puede calcularse con cifras porque además, somos más que cifras. A un asesino en serie no se le combate con moderación, que también recordaba Ernesto Guevara que implica traición. Para derrotar a estos genocidas en serie, harán falta más que palabras. Esto es una guerra de clases y nos están matando, pero no tienen ni la decencia de dejar que nos alegremos si hay una respuesta a sus crímenes y por unos instantes, es su clase la que cuenta con bajas. Nos están matando, mañana puede tocarnos a nosotros o a uno de los nuestros y como decía Malcolm X: “En cuanto a la no violencia, es criminal enseñar a una persona a no defenderse cuando es víctima de ataques brutales. Ni siquiera lo llamo violencia cuando se trata de autodefensa, yo lo llamo inteligencia”. Si de verdad interiorizamos que si nos tocan a uno, nos tocan a todos, cuando asesinen a compañeras de clase, sentiremos que nos están asesinando.