viernes, 30 de diciembre de 2016

PODEMOS Y LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA

Ahora mismo el mayor problema al que se enfrenta el Estado español es la independencia de Catalunya. Ojalá fueran importantes luchas obreras y la combatividad inundando las calles de todo el Estado, pero no es así por el momento. Por eso apoyar la independencia es agudizar la crisis del régimen, cosa que beneficia al movimiento revolucionario de todo el Estado. Hay que estar muy ciego para no ver que debilitar al Estado español sólo puede adelantar su derrumbe, que no organizaremos una revolución de la noche a la mañana. Pues la miopía política del españolismo rancio de algunos “comunistas” sigue fortaleciendo al Estado opresor, oponiéndose a la independencia de Catalunya como si viviéramos en un Estado socialista que respetara los derechos nacionales, en el que entonces, no tendría sentido la separación. Pero ya no sólo se oponen a la independencia, sino que ni siquiera defienden el referéndum que nos niega el Estado al pueblo catalán. Este referéndum es evidente que no puede ser pactado, como sí lo sería en un Estado socialista. Por lo tanto, no queda otra que saltarse la legalidad y poner las urnas. Eso ya es un acto más revolucionario que lo que han hecho jamás estos “comunistas”, por eso la Audiencia Nazi-onal cita a independentistas y no a ellos.

La represión al independentismo evidencia que el Estado español teme la independencia, no podía ser de otra forma por el motor económico que representa Catalunya y por el orgullo facha que, como le dijo Franco al rey antes de morir: “Lo que más me preocupa es la unidad de España”. La independencia de Catalunya no sólo les supondría un duro golpe económico, también un fuerte revés moral a la apariencia de Estado indestructible que pretenden vender. Un Estado que no rompió con el fascismo no va a ceder por las buenas ningún derecho democrático y duele recordar lo obvio a estas alturas. Lo lógico ante una situación así es llamar a la desobediencia y al enfrentamiento con el Estado enemigo de la democracia. Pero no, desde los “comunistas” españolistas a Podemos, se deslegitima la desobediencia. El apego a la legalidad fascista que tiene la izquierda domesticada vuelve a sostener al régimen en un momento histórico. Lo que está haciendo Podemos en Catalunya para evitar el desafío a la legalidad, es para encerrarlos por colaborar con el fascismo. Mienten descaradamente e insultan a la inteligencia cuando aseguran estar por el derecho a decidir. Si sólo lo quieren de forma pactada y esto es imposible con este Estado, entonces no lo defienden. Con sus planteamientos, los negros seguirían bebiendo en fuentes diferentes a los blancos en Estados Unidos, porque jamás se habrían saltado la legalidad. No querer la independencia es legítimo, aunque no nos beneficie. Lo que no es legítimo es evitar que se declare si la mayoría la queremos o decir que no se puede hacer el referéndum si el Estado lo impide. Eso, lo disfracen como lo disfracen, es no respetar el derecho a la autodeterminación que tanto defendemos los comunistas.


Una vez más, como cuando acabó con los escraches y otras luchas en las calles, Podemos demuestra que sirve para fortalecer al régimen. Para algo les han dado tanta cancha en numerosos medios, para que entre otras cosas, intenten evitar a toda costa el grave problema que le ocasionaría al Estado una declaración de independencia. Son el enemigo disfrazado, por eso son más dañinos que el PP que niega el derecho a la autodeterminación sin decorarlo. Estos miserables pretenden que no nos saltemos la legalidad y encima lo hacen en nombre del cambio. Por eso es un error la tibieza de la mayoría de independentistas ante quienes más daño están haciendo alejando de la independencia a quienes dudan. Hay que denunciarlos como lo que son: un sostén del régimen ante la crisis cada vez más profunda que tiene. Quienes agudizan esta crisis pueden ser aliados en momentos determinados, pero quienes se oponen a agudizarla sólo lo fortalecen y no merecen más que el absoluto desprecio si lo hacen de forma consciente como las Colau de turno, los Rabell o los Coscubiela, que viniendo de CCOO y UGT estos dos últimos, tienen mucha experiencia fortaleciendo al régimen.

Es intolerable que digan que un referéndum ganado con el 51% no sería un resultado suficiente. Resulta que la mayoría independentista debe plegarse a la minoría y no a la inversa, es increíble la cara que tienen y cómo se llenan la boca de democracia sin respetar la voluntad del pueblo catalán, cosa que los convierte en enemigos del pueblo. Ya viene siendo hora de que algunos lo tengan claro, otra cosa es que haya que convencer a sus votantes, pero sus líderes ya han demostrado que están con el régimen y no con la mayoría del pueblo catalán.


miércoles, 21 de diciembre de 2016

ALGO SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Hay muchas personas equivocadas que creen que si uno no habla de lucha armada, tiene libertad de expresión. En todo caso, ¿por qué no deberíamos tenerla si hablamos de lucha armada? ¿Acaso los capitalistas renuncian a la vía armada para imponer injusticias? ¿Acaso no asesinan a diario de múltiples formas, a cada cual más violenta? ¿Acaso ellos no defienden por radios, periódicos y televisiones el uso de la fuerza para reprimirnos? Es peligroso legitimar su discurso de que no debemos hablar de violencia revolucionaria, porque es negarse a uno mismo el derecho a defenderse. Pero como decía, no sólo impiden que hablemos de devolver sus golpes, tampoco tenemos libertad de expresión para explicar lo que sucede, para narrar hechos objetivos sobradamente probados. Es importante remarcar eso para que no se vean espejismos de libertad realmente inexistentes.

No somos pocos los que hemos sido condenados a prisión o que aún tenemos causas pendientes en la Audiencia Nazi-onal por las que nos piden largas condenas, por decir que hay presos políticos en este Estado, por denunciar las torturas y asesinatos de los cuerpos represivos o por señalar el saqueo y la mafia de la monarquía impuesta. Nada de esto habla de pegar tiros, sin embargo son delitos graves, como si no hubiera quedado probado que la policía ha asesinado o cuando hasta desde la UE, que no es ningún ejemplo de garantías democráticas, han llamado la atención al Estado español por las numerosas torturas. En este Estado, y hay que decirlo claro, es delito contar la verdad. Literalmente, a los hechos me remito.

Hay quienes creen que mi primera condena a 2 años de prisión en la AN, fue sobre todo por apoyar la lucha armada revolucionaria en mis letras. Pero no, en el juicio quedó demostrado que la canción que más les había jodido fue la de “Libertad camarada Arenas”, en la que exigía la libertad del Secretario General del PCE (r) que jamás ha practicado la lucha armada aunque evidentemente, como comunista consecuente, se haya negado siempre a condenar que los oprimidos se defiendan con esta. Esta canción les molestaba tanto porque quieren ocultar la cadena perpetua encubierta que sufre Manuel Pérez Martínez y las lamentables condiciones en las que lo tienen, queriéndolo exterminar negándole la asistencia médica en numerosas ocasiones (aún espera una urgente operación que necesita para no quedarse ciego de un ojo). Pero sobre todo, tienen miedo a que se conozca al PCE (r) porque implica organización y saben que sólo con organización revolucionaria puede ser derrotado su régimen criminal.

Como decía Juan Manuel Olarieta en una charla: “La represión no viene por la lucha armada, la lucha armada es una respuesta a la represión”. Señalar lo contrario no sólo es una falsedad, sino que lava la cara a esos fascistas que no nos dejan libertad ni para denunciar torturas o para indignarnos ante la fortuna de la familia real y demás parásitos a costa de negar derechos básicos a millones de personas. Además ahora no hay ninguna organización armada activa en el Estado y nunca habían condenado tanto por delitos de opinión. ¿Cuántas veces más han de demostrar a porrazos y balazos de goma que no hay libertad ni para manifestarse de forma pacífica donde queramos? ¿Cuántas detenciones por opinar hacen falta para que se asuma que no vivimos en un Estado ni mínimamente democrático? ¿Acaso los 16 inmigrantes que fueron asesinados por la Guardia Civil mientras nadaban hacia la costa española practicaban la lucha armada? Evidentemente no y para colmo, me piden más años de prisión por denunciar esos crímenes impunes.

Para entender el presente y conquistar el futuro, hay que conocer el pasado. No podemos cansarnos de recordar que si estamos así es porque no hubo ruptura alguna con el fascismo y que seguiremos sin libertades mientras tengamos este Estado. Vayamos a la raíz del problema y no creamos que partidos como Podemos, que ni siquiera pretenden acabar con la fascista Audiencia Nacional o que silencian y apoyan su represión, van a librarnos de esta. Aún hay demasiados sectores que sobrevaloran las libertades en este Estado y que nos vienen con la monserga de que sólo hablando de lucha armada irán a por nosotros. Tenemos incontables ejemplos para tumbar esa falacia tan propia de la izquierda domesticada que quiere justificar su vergonzoso discurso apegado a la legalidad. Y puestos a condenar una lucha armada, que condenen la violencia de quienes vienen armados a detenernos hasta por opinar.